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Publicado por en Mar 2, 2021 en Medicina Deportiva | 0 comentarios

LA ROTURA DEL LABRUM

CAUSAS COMUNES

El labio acetabular de la cadera es la extensión cartilaginosa del hueso del acetábulo, el cual añade profundidad y estabilidad a la articulación. En éste existen tanto terminaciones nerviosas libres nociceptivas (para el dolor) como propioceptivas (para el sentido de la posición), por lo cual se haya equipado para percibir dolor y sensaciones de la inestabilidad de la cadera cuando el labio acetabular se lesiona. Sus roturas con frecuencia ocurren tras un evento traumático simple, como un bloqueo en fútbol americano o rugby, o después de una caída mientras se esquía o se monta en bicicleta. Esta lesión también puede estar causada por el estrés repetido, como al correr o patinar. En función de su etiología, las roturas pueden localizarse en cualquier parte del labio acetabular.

DIAGNÓSTICO

Las roturas del labio acetabular pueden causar dolor en la parte lateral de la cadera, en la parte anterior, la parte medial de la ingle o, incluso, en los glúteos en función de la localización de la lesión. Su porción anterolateral es la que más frecuentemente se lesiona, y debería sospecharse cuando ésta se estresa en exceso produciéndose dolor y sensación de inestabilidad con el movimiento de la cadera hacia delante, el salto o la patada. Hay que sospechar roturas posteriores cuando aparecen síntomas que se provocan empujando la cadera hacia atrás, en una flexión de muslo. El rango activo de movimiento de la cadera puede producir una sensación de ruido o de choque, que en su parte externa puede deberse a la banda iliotibial rígida y en el área anteromedial a la hipermovilidad del tendón del psoas ilíaco. Por lo general, si se manipula pasivamente la cadera en su rango de movimiento (si es el fisioterapeuta, el entrenador o el médico quien realiza el movimiento con el paciente en un reposo completo), están ausentes estos chasquidos o se notan menos. Sin embargo, éstos persistirán o el rango de movimiento pasivo estará restringido en caso de una lesión intraarticular, como la rotura labral, la lesión del cartílago o los cambios degenerativos.

En una radiografía de la cadera se puede identificar la displasia acetabular, patología en la que la parte del acetábulo similar a una copa articular es irregular y su forma es anómala. La displasia acetabular permite movimientos anormales y menos limitados de la cabeza femoral (la bola de la articulación de la cadera), lo cual puede estresar el labio acetabular y predisponer al deportista a su rotura, a osteítis del pubis y osteoartritis, las cuales suelen acompañar a esta lesión. La resonancia magnética y la artrografía, que se realiza inyectando un contraste en el interior de la articulación, también han probado sensibilidad para detectar la rotura del labio acetabular. Muchas veces no se detectan las roturas labrales y sólo se diagnostican con una evaluación artroscópica de la articulación de la cadera.

TRATAMIENTO

El tratamiento conservador inicial con frecuencia ayuda para aliviar el dolor. Los deportistas deben evitar actividades que estresen el labio acetabular (por ejemplo, pivotar o torsionarse sobre la cadera), y la carga excesiva sobre ésta (por ejemplo, sentadillas y extensiones de cadera). Si el dolor no se alivia y el rango de movilidad no se restablece con estas medidas iniciales, se debe considerar una infiltración de cortisona intraarticular y el uso de bastón o muletas. Un período completo de 6 a 8 semanas de terapia de rehabilitación puede ayudar a corregir los desequilibrios de fuerza y déficit de flexibilidad de la cintura y la cadera; ésta mejora el equilibrio y la propiocepción, identificando errores en las actividades específicas del deporte o de los programas de entrenamiento que pudieran haber contribuido a la lesión del labio acetabular.

Si fracasan las medidas conservadoras en la recuperación, debe considerarse la reparación quirúrgica del labio o el desbridamiento (la eliminación quirúrgica de los tejidos lesionados). El alivio del dolor no es la única razón para considerar el tratamiento artroscópico de tales roturas. Algunos clínicos han postulado que estas lesiones son similares a las de los meniscos de la rodilla, en las que resulta una incongruencia del movimiento articular, una pequeña subluxación y una carga articular anormal, todo lo cual predispone a los deportistas a cambios artríticos precoces de su articulación.

VUELTA A LA ACCIÓN

Antes de que los deportistas vuelvan a sus actividades deportivas u otras de movimientos rápidos / lentos, éstos deben haber restablecido la fuerza igualándola con la del lado no lesionado. Tras la reparación quirúrgica en función de las exigencias del deporte y el grado de falta de condición física preoperatorio, la vuelta a la actividad deportiva competitiva debería retrasarse más allá de los 6 meses.

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