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Publicado por en Oct 26, 2022 en Medicina Deportiva | 0 comentarios

LA FRÁCTURA POR ESTRÉS DE LA CADERA

LA FRÁCTURA POR ESTRÉS DE LA CADERA

CAUSAS COMUNES

Debido al diseño y resistencia de la pelvis, para que pueda ocurrir una fractura es preciso que le afecte una fuerza importante. Los adolescentes y mujeres amenorreicas son los más vulnerables a la patología ósea de la pelvis. Sus fracturas por estrés, por lo común de la rama del pubis (grupo de 4 huesos en la parte anterior de la pelvis), se asocian con corredores de larga distancia. Las deportistas anoréxicas y amenorreicas son las más vulnerables. La causa de la lesión se cree que es la sobrecarga repetida de las fuerzas que se transfieren de la pierna a la pelvis, causa por la que son especialmente susceptibles los corredores de fondo.

DIAGNÓSTICO

Muchas fracturas por estrés no se detectan dado que los deportistas no buscan tratamiento al no padecer un dolor específico. La mayoría de las veces mejoran con descanso y analgésicos. Las quejas incluyen dolor pélvico y de ingle que empeora con la actividad. Los síntomas mejoran con descanso. Muchas veces las exacerbaciones son secundarias al incremento en la actividad del entrenamiento. Ocasionalmente la radiografía puede mostrar la fractura por estrés, pero el escáner óseo y la resonancia son más resolutivos. Las fracturas por estrés se localizan en la rama púbica, pero pueden ocurrir en cualquier otra localización, incluyendo el cuello del fémur.

TRATAMIENTO

El tratamiento incluye reposo, analgésicos si se requieren y la corrección de las causas subyacentes de la lesión. Deben corregirse los déficit nutricionales (como de magnesio, vitamina c, quercetina) y hormonales (DHEA, OMEGAS). Será necesario un estudio metabólico completo si las fracturas por estrés recurren. En las mujeres son recomendables los estudios de densidad ósea para explorar las osteoporosis subyacentes. Las deportistas con fractura por estrés deben ser exploradas para buscar la triada atlética femenina como causa predisponente: amenorrea, osteopenia, osteoporosis y una mala dieta o un trastorno de la alimentación. Si se sospecha la triada, la deportista deberá remitirse a un asesor clínico adecuado para su orientación.

VUELTA A LA ACCIÓN

Los deportistas usualmente pueden volver a la acción en 4 ó 6 semanas. La actividad debe incrementarse gradualmente con modificaciones del origen responsable del daño. La preparación para retornar al deporte debe centrarse en ejercicios de fortalecimiento y en incrementos progresivos de actividades de transporte de peso. El kilometraje de carrera debería comenzar en un 20 por ciento del total previo a la lesión, incrementándolo gradualmente durante el período de recuperación, el cual usualmente dura muchos meses. Es recomendable visitar a un profesional medico experto en medicina deportiva.

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