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Publicado por en Feb 10, 2021 en Medicina Deportiva | 0 comentarios

LA FRÁCTURA DE LAS APÓFISIS TRANSVERSAS

LA FRÁCTURA DE LAS APÓFISIS TRANSVERSAS

CAUSAS COMUNES

Las apófisis transversas (profusión ósea a cada lado del arco de una vértebra) son una parte de la columna vertebral ósea, la cual es una eminencia de materia gris situada a cada lado de ésta –también denominada columna dorsal-. Las fracturas de la columna posterior son, por lo general, causadas por traumas directos. Estas lesiones son comunes en deportes de contacto o colisión, en especial aquellos en los que el contacto se hace sobre la espalda (el fútbol americano, el rugby, el hockey y caídas en el patinaje sobre ruedas y en la equitación).

DIAGNÓSTICO

Las fracturas de las apófisis transversas son fracturas estables que habitualmente no tienen síntomas neurológicos. El impacto directo que causa la fractura, sin embargo, puede ser suficiente para originar un daño orgánico. Esto depende del nivel de la fractura espinal. Si ocurre en el área superior de la columna pueden verse afectados los pulmones, la aorta o el páncreas. En el área inferior ponen en riesgo el riñón o la vejiga. La lesión directa de un órgano por una apófisis transversa es rara. Sin embargo, es crucial explorar cualquier signo de molestia abdominal. Se debe preguntar al deportista si observa alguna dificultad para orinar (por ejemplo, sangre en la orina), la cual puede ser causada por una lesión renal. Las fracturas generalmente son visibles en las radiografías, pero a veces el diagnóstico es cuestionable y puede ser necesario hacer un escáner. El examen físico revela dolor sobre la zona de fractura y algunas veces los signos de contusión son aparentes. El dolor puede tener un efecto adverso sobre la movilidad de la columna. Normalmente no hay daño neurológico.

TRATAMIENTO

El régimen de tratamiento consiste en hielo, analgésicos, una sujeción blanda y fisioterapia. Las metas de la fisioterapia son reducir el dolor, restablecer la movilidad, la fuerza y mejorar la flexibilidad.

VUELTA A LA ACCIÓN

Una vez que el dolor se ha manejado lo suficientemente bien para que el deportista sea capaz de moverse, se debe comenzar gradualmente con reacondicionamiento físico. Cuando desaparece el dolor, el atleta puede comenzar a realizar ejercicios físicos especiales específicos de su deporte, con la meta de mejorar su rango de movilidad completo y volver a la participación una vez que esté libre de dolor. La decisión para reasumir la participación está en función de si ha habido daño orgánico. La curación de la fractura tarda entre 6 a 8 semanas en los deportistas jóvenes y 3 meses en los de fin de semana y deportistas maduros.

Dr. medicina del deporte. Nutricionista

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