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Publicado por en Dic 27, 2022 en Medicina Deportiva, Nutrición Ortomolecular | 0 comentarios

LA BURSITIS EN EL TROCANTER MAYOR

LA BURSITIS EN EL TROCANTER MAYOR

CAUSAS COMUNES

La bursitis trocantérica (bursitis de la cadera) es relativamente común, en especial en los deportistas jóvenes Y en personas de la tercera edad. Incluya la inflamación de cualquiera o de todas las bolsas serosas de la cadera.

La bursitis de la cadera con frecuencia está causada por los cambios bruscos de posición de los miembros inferiores durante la actividad, que implique la aducción (desplazamiento de la extremidad inferior hacia el eje del cuerpo) o la rotación interna de la cadera, las cuales sobrecargan las bolsas bajo un estrés excesivo haciendo que se irriten e inflamen. Las bursitis de la cadera comúnmente se ven en corredores de larga distancia. Con frecuencia se asocian con otras patologías de la extremidad inferior, como osteoartritis, artritis reumatoide, rigidez de la banda iliotibial y discrepancia en la longitud de las piernas. La rigidez de la banda iliotibial (ITD) se produce por un incremento en las fuerzas de compresión de las bolsas contra el trocánter mayor, incrementando la posibilidad de que se irriten.

DIAGNÓSTICO

El síntoma más habitual de la bursitis de cadera es el dolor lateral del muslo, que se irradia hacia la parte externa de la rodilla. El dolor nocturno es habitual, imposibilitando tumbarse sobre el lado afectado. Los síntomas se incrementan con actividades tales como caminar, correr o saltar. En ocasiones este síndrome se presenta de forma agua, pero lo más común es que progrese crónicamente.

No se requieren pruebas de laboratorio ni de imagen específicas para diagnosticar la bursitis de la cadera; el diagnóstico se basa en la historia clínica del deportista y en la exploración neurológica y musculoesquelética. Ésta comienza intentando incrementar la presión con la palpación sobre el trocánter mayor; sin embargo, pueden estar presentes puntos dolorosos en cualquier localización de la parte externa del muslo. La aducción pasiva forzada o la abducción activa (movimiento del miembro inferior que se separa del eje del cuerpo), y la rotación externa de la cadera contra resistencia, pueden hacer que los síntomas empeoren. Debe evaluarse la presencia de dolor en la banda iliotibial, así como realizar la medición precisa de la longitud de las piernas.

TRATAMIENTO

Las opciones terapéuticas pueden dividirse en musculoesqueléticas y farmacológicas. El tratamiento musculoesquelético incluye el reposo relativo, el calor local, los ultrasonidos (por sus propiedades analgésicas y por facilitar el estiramiento de los tejidos circundantes), los ejercicios de estiramientos, la corrección de los desequilibrios de la fuerza muscular y, en su caso, la corrección de las discrepancias en la longitud de las piernas. El tratamiento farmacológico se basa en analgésicos, antiinflamatorios e inyecciones de corticoides (infiltraciones de cortisona). Usualmente para un éxito a largo plazo son necesarios ambos tratamientos. Si sólo se incorpora el tratamiento farmacológico va a ignorarse la patología estructural que causa la bursitis en primer término. A veces la corrección de la patología musculoesquelética no es posible, como con la presencia de osteofitos (causados por la osteoartritis) que irritan la bolsa. Recomendable a nivel de suplementos la vitamina c de 1000 mínimo 3 gramos, la quercetina a razón de 1-1-1 y el collagen joint suport 1-2-1. Siempre recomendamos consultar con un profesional experto en la materia

En una bursitis de cadera leve, los antiinflamatorios y el reposo pueden ser todo lo que se necesite. En los casos de bursitis entre moderados a severos, la medicación oral, por lo común, no es lo suficientemente potente como para curar el proceso inflamatorio. En estos deportistas es necesaria la infiltración de la bolsa trocantérica, con la que se deposita una mezcla de anestésico local y cortisona directamente en la bolsa implicada. Cuando se realiza por un médico experto, el procedimiento suele ser muy eficaz.

VUELTA A LA ACCIÓN

El deportista puede volver a la acción una vez que se ha eliminado el dolor, lo cual ocurre normalmente en pocas semanas. La vuelta debería ser lenta y conservadora. Al igual que ocurre con otras lesiones de cadera, las opciones de sujeción o de vendaje funcional no son significativas.

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