EL INDICE DE MASA CORPORAL COMO MEDIRLO DE FORMA RAPIDA

QUÉ ES EL IMC Y CÓMO CALCULARLO

El Índice de Masa Corporal (IMC) es la medida más utilizada tanto para conocer el estado nutricional de una persona como para determinar si tiene sobrepeso o padece obesidad. También, en caso de que el resultado esté por debajo de los parámetros considerados como normopeso, puede ser una de las primeras señales de alarma de la existencia de algún trastorno de la conducta alimentaria, como la anorexia.

De entre los distintos métodos que se emplean para valorar el exceso de grasa y de peso, el más generalizado es el cálculo de Índice de Masa Corporal (IMC) que, de hecho, es el criterio utilizado en este tema por la OMS.

CÓMO DETERMINARLO

Calcula qué IMC se tiene es muy fácil, ya que se trata del cociente obtenido de dividir el peso (en kg) y el cuadrado de la altura (en metros). Su fórmula sería, por tanto, la siguiente: IMC = KG/m2. El índice obtenido debe interpretarse según los siguientes criterios:

• Peso insuficiente: por debajo de 18,5
• Normopeso: entre 18,5 y 24,9
• Sobrepeso grado I: entre 25 y 26,9
• Sobrepeso grado II (preobesidad): entre 27 y 29,9
• Obesidad tipo I: entre 30 y 34,9
• Obesidad tipo II: entre 35 y 39,9
• Obesidad tipo III (mórbida): entre 40 y 49,9
• Obesidad tipo IV (extrema): por encima de 50

INTERPRETAR LOS RESULTADOS

Se considera que las personas cuyo IMC se sitúa en la franja de normopeso tienen un peso saludable y, por tanto, no habría razón por la que deban someterse a ningún régimen o dieta de adelgazamiento. En el caso de la obesidad y sobrepeso, se recomienda hacer una dieta hipocalórica, siempre pautada por el especialista, y complementada con actividad física regular. Los obesos mórbidos pueden llegar a precisar cirugía bariátrica. En cuanto a los casos de infrapeso, pueden estar asociados a problemas de salud, por lo que habría que analizar la causa y corregirla. Es un parámetro a tener muy en cuenta en los adolescentes, ya que se podría relacionar con el riesgo de anorexia y otros desórdenes de la conducta alimentaria.

Asimismo, hay que tener en cuenta que el IMC va variando a lo largo del crecimiento, ajustándose a los siguientes valores orientativos:

• Recién nacido: 13
• Un año: 17
• 6-7 años: 15,5
• 18-20 años: 21

OTROS MÉTODOS UTILIZADOS

Sin embargo, y peso a que es el parámetro más utilizado en este sentido, tiene una gran imprecisión debido a que varía con la edad y el sexo, y también depende de la proporción entre tejido muscular y graso, factores que no tiene en cuenta. Tampoco resulta útil en el caso de personas muy fibrosas (como los atletas) ni puede utilizarse de forma universal en todos los grupos étnicos.

Existen otros métodos menos precisos pero que también pueden resultar clarificadores a la hora de determinar si tenemos sobrepeso y, por tanto, hemos de seguir una dieta para adelgazar. Es el caso de la llamada “fórmula Broca”, creada hace más de un siglo por un médico francés del mismo nombre y que considera que el peso normal es aquel que se obtiene de la resta: altura (en cm) menos 100. Esto es: para una persona que mida 1,60 (160 cm) el peso ideal serían 60 kilos. Se trata de una fórmula que sólo tiene sentido desde el punto de vista orientativo, ya que a día de hoy los científicos la consideran obsoleta.

EL SUSTITUTO DEL IMC   Tal y como se ha publicado recientemente en la revista Obesity, un grupo multidisciplinar de expertos está trabajando en la actualidad en una nueva fórmula alternativa al IMC que, a priori, reflejaría de forma mucho más precisa el porcentaje de grasa acumulada y sería útil tanto para hombres como para mujeres de diferentes razas. Se trata del Índice de Adiposidad Corporal (IAC) para cuyo cálculo no sería necesario recurrir a la báscula: bastaría con medir el diámetro de la cadera y conocer la altura para determinar así el grado de obesidad. El dato sería el resultado de dividir la primera medida (diámetro de cadera) por la segunda (altura) elevada a la 1,5 potencia, y restando 18 a la cifra final. El resultado indicaría el porcentaje de grasa que se acumula en el cuerpo. Aunque hay muy buenas expectativas en torno a esta nueva fórmula de medición del sobrepeso, aún faltan más estudios que confirmen, entre otros aspectos, su papel como dato predictivo del riesgo cardiovascular.