CODO DE TENISTA TDO LO QUE NECESITAS SABER
CAUSAS COMUNES
El codo de tenista es una lesión común en el deporte que afecta mayormente a los profesionales del tenis y a los jugadores de fin de semana. El codo de tenista o epicondilitis lateral se produce como resultado de una torsión y rotación repetida del brazo y del codo en actividades como el golf, el tenis, el béisbol, los lanzamientos en béisbol, los deportes de raqueta, los bolos y el squash. Algunos oficios, como los carpinteros, también se ven afectados con frecuencia por esta patología.
El codo de tenista sucede con más frecuencia en las deportistas que en los varones, en proporción de 2 a 1. La lesión es común entre atletas entre 30 a 49 años, pero también la sufren deportistas más jóvenes y mayores. El codo de tenista está causado por la sobrecarga de los músculos extensor o supinador del antebrazo y muñeca (los músculos que vuelven la palma hacia arriba y que estiran el codo). Muchas actividades pueden causar esta lesión, pero es el movimiento hacia atrás de la mano del tenista al golpear la bola el que tiene un mayor impacto etiológico, dándole a esta patología su nombre.
Ciertos factores de riesgo hacen que se sea más propenso a padecer esta lesión. Los estudios encuentran que la incidencia de dicha patología se incrementa en deportistas por encima de los 40 años que juegan más de 2 horas por semana al tenis. También puede ser un factor precipitante el equipamiento inadecuado. Una empuñadura demasiado pequeña o demasiado grande puede causar una mala mecánica del gesto deportivo que lleve a esta lesión. Una bola más pesada y húmeda, una raqueta con el cordaje excesivamente tenso o una con un marco inadecuado, incrementan el estrés sobre el codo. Finalmente, los deportistas que tienen mal estado de forma física tienen mayor riesgo de lesionarse, debido a que sus músculos no están lo suficientemente fuertes o preparados para manejar las sobrecargas de la competición.
DIAGNÓSTICO
Los deportistas que desarrollan un codo de tenista con frecuencia localizan un punto específico con un dolor punzante en la superficie lateral (externa) del codo. El dolor se siente, sobre todo, durante la extensión de la muñeca y la supinación del antebrazo –movimientos que se utilizan en tenis para desplazar la mano atrás-. La exploración física con frecuencia confirmará la tensión del punto doloroso e, incluso, inflamación en la parte externa del codo. El dolor se reproduce con la extensión forzada y contra resistencia de la muñeca o de los dedos. La radiografía y la resonancia, por lo general, no muestran anomalías, aunque pueden revelar excrecencias óseas, o depósitos de calcio, por fuera de la parte lateral de la articulación del codo. Si la patología es significativa, la resonancia puede revelar la rotura completa o parcial de los músculos implicados, sobre todo la del extensor radial corto del carpo (ERCC). Si el dolor se irradia hacia abajo, hacia el antebrazo, éste debe distinguirse del causado por el atrapamiento del nervio radial.
TRATAMIENTO
El tratamiento del codo de tenista es fundamentalmente no quirúrgico. Alrededor del 95 por ciento de los atletas que desarrollan esta lesión logran una excelente recuperación funcional con tratamiento conservador. En esta patología pueden distinguirse tres categorías distintas según su evolución. Los casos más benignos no llegan a ser más que una distensión o rotura mínima. El reposo relativo, frenar la participación en el deporte y medicación antiinflamatoria y analgésica es todo lo que se necesita. En aproximadamente 3 a 6 semanas, esta patología se resuelve y el deportista vuelve a su estado previo a la lesión.
Las lesiones de segunda categoría pueden tardar de 3 a 6 meses en curar. El tratamiento indicado, además del previamente reseñado, incluye la fisioterapia, los vendajes funcionales de protección, las inyecciones locales de cortisona, la proloterapia y los ultrasonidos. Los vendajes funcionales reducen la tensión muscular sobre el codo; éstos están formados por una banda estrecha con una burbuja de aire en el centro, la cual se coloca directamente sobre los músculos, por encima del codo, para que comprima suavemente el área afectada. Puede utilizarse también una muñequera para limitar el movimiento en la muñeca de tal manera que se ejerza menos tracción sobre los músculos que se insertan en el codo. Las infiltraciones de cortisona reducen la inflamación local, permitiendo que tenga lugar el proceso natural de curación del organismo. La proloterapia, un tratamiento que resulta controvertido, aunque cada vez es más popular en la recuperación de esta lesión, se basa en la inyección repetida de una mezcla de dextrosa y suero fisiológico en los ligamentos de la parte lateral del codo para estimular su cicatrización. Los médicos partidarios de este procedimiento aportan resultados prometedores cuando se utiliza como tratamiento alternativo después de que los tradicionales hayan fallado. Las ondas de ultrasonido, otro tratamiento controvertido, utiliza ondas sonoras para inducir microtraumas en los tejidos. Algunos investigadores creen que dichos microtraumas inician la respuesta terapéutica y ayudan a disminuir la inflamación, pero los resultandos no han sido concluyentes.
Las lesiones de la tercera categoría no responden a los tratamientos previamente mencionados. Generalmente, la resonancia revela una anomalía severa. En este escenario, ha de considerarse la cirugía, aunque solo después de 6 a 9 meses de tratamiento conservador y una vez que éste ha fallado. El cirujano puede o bien eliminar una porción del tendón lesionado o bien liberar su inserción. Postoperatoriamente el deportista, por lo general, utiliza una férula de flexión de 90 grados. La movilización precoz con la ortesis pude comenzar entre los 3 a 5 días y los ejercicios de fortalecimiento a las 3 semanas. Alrededor de un 85 por ciento de los que no responden al tratamiento conservador y se someten a cirugía, mejoran de sus síntomas dolorosos.
VUELTA A LA ACCIÓN
Cuando se consigue el rango de movimiento completo, libre de dolor, el deportista puede comenzar a fortalecer los músculos. El fortalecimiento inicial se concentrará sobre aquellos que estabilizan la parte superior del tronco y en reducir las tensiones sobre el codo. Por ejemplo, el fortalecimiento del dorsal ancho (músculo que cubre la espalda desde la región lumbar), los rotadores del hombro y los músculos de la parte superior de la espalda, ayudan a equilibrar el tronco, lo que da como resultado el mejor soporte de la raqueta, y por lo tanto, una reducción del estrés sobre la parte lateral del codo. Cuando mejora la condición física del atleta, deben fortalecerse la muñeca y el antebrazo. Finalmente, se ha de continuar con el entrenamiento específico del deporte o la actividad de que se trate para completar el proceso de rehabilitación.
Sólo cuando el atleta mantiene el rango de movimiento del codo libre de dolor, tiene una fuerza de extensión de la muñeca normal y puede aplicar su fuerza en sus golpes, normalmente, puede volver al tenis de competición. Si el atleta se ha operado, la reincorporación al deporte u otras actividades de raqueta han de esperar entre 4 a 6 meses. Como en el caso de otras lesiones musculoesqueléticas, los deportistas que han sido tratados de codo de tenista han de volver a jugar sólo después de que se haya restablecido su fuerza, resistencia y flexibilidad por completo. Aquellos que se incorporan antes de tiempo tienen el riesgo de volverse a lesionar y desarrollar una incapacidad para jugar a alto nivel. Los que no se recuperen adecuadamente pueden evitar el dolor continuo del codo imponiendo un estrés excesivo en otra zona del cuerpo, como el hombro o la columna lumbar, provocando que éstos se lesionen.
Debido a que usualmente el codo de tenista no es el resultado de una fractura ni causa disfunción permanente, algunos deportistas de ocio pueden volver a jugar por debajo de su nivel de rendimiento completo. Cambiando progresivamente la técnica de los golpes, los hábitos de entrenamiento y el equipamiento o utilizando una sujeción amortiguadora de codo, se puede acelerar el regreso del tenista a su deporte competitivo o de ocio.
Para mantener una muñeca sana, los tenistas deben asegurarse de que la empuñadura de su raqueta es la adecuada para su mano. La medida correcta pude obtenerse midiendo la distancia desde la parte lateral del pliegue central de la palma de la mano hasta el extremo del dedo anular (figura). Si las medidas de la mano se encuentran entre dos calibres de empuñadura, utilizar el más pequeño añadiendo un sobreagarre para conseguir la medida correcta. Si se utiliza una empuñadura cerrada (en la cual la palma se sitúa contra la misma arista del cordaje), la posición de la mano queda como cuando se da la mano a alguien.