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Publicado por en Oct 16, 2019 en Nutrición Ortomolecular | 0 comentarios

EL SODIO. TODAS SUS PROPIEDADES A ESTUDIO

EL SODIO. TODAS SUS PROPIEDADES A ESTUDIO

OTRAS DENOMINACIONES:

cloruro de sodio, acetato de sodio, fosfato de sodio, alginato de sodio, aluminato de sodio, benzoato de sodio, bicarbonato de sodio, carbonato de sodio, bisulfito de sodio, caseinato de sodio, diacetato de sodio, citrato de sodio, fluoruro de sodio, gluconato de sodio, glicerofosfato de sodio, hidróxido de sodio, iodato de sodio, lactato de sodio, metasilicato de sodio, molibdato de modio, nitrato de sodio, nitrito de sodio, pectato de sodio, fosfato de sodio, polifosfato de sodio, propionato de sodio.

UNIDAD DE MEDIDA:

la unidad de medida del sodio es el miligramo (mg).

DESCRIPCIÓN

El sodio es un metal alcalino presente en la naturaleza en forma de cloruro de sodio, bromuro de sodio, silicato de sodio y carbonato de sodio, constituyendo aproximadamente el 2,8% de la corteza terrestre.

El sodio es el catión más importante (ión cargado positivamente) de los fluidos corporales y del plasma sanguíneo, estando asociadas sus funciones a los aniones cloruro y bicarbonato en la regulación del equilibrio ácido/alcalino del cuerpo, así como en la regulación del balance de líquido en el organismo, protegiendo a éste de la excesiva pérdida de agua.

PRINCIPALES FUNCIONES CORPORALES

  • Regulación del balance de los fluidos corporales, impidiendo la pérdida de agua excesiva.
  • Mantenimiento del equilibrio adecuado del agua entre las células corporales y los fluidos circundantes (en colaboración con el potasio).
  • Colaborar en la transmisión del impulso nervioso, donde el flujo del sodio hacia el interior de la célula nerviosa, y el flujo opuesto del potasio hacia fuera de ella provocan un impulso eléctrico que viaja a través del nervio hacia el músculo.
  • Participar en todas las contracciones musculares, incluyendo las del corazón, donde el balance correcto del sodio y el potasio es esencial para una fácil respuesta.
  • Regulación del equilibrio ácido/base del cuerpo en unión del cloruro, el bicarbonato, el fosfato, las proteínas y los minerales potasio, calcio y magnesio.
  • Participar en la síntesis del ATPasa (Adenosin Trifosfatasa), la enzima responsable de dividir al Adenosín Trifosfato (ATP) en la producción de energía.
  • Participar en el transporte activo de nutrientes aminoácidos y glucosa en el interior del cuerpo.
  • Mantener saludables los restantes minerales contenidos en la sangre, impidiendo que éstos se precipiten y formen depósitos en el torrente circulatorio.
  • Actuar con el cloro mejorando la salud de la sangre y la linfa.
  • Ayudar a eliminar el dióxido de carbono del organismo.
  • Participar en la producción de ácido hidroclorhídrico en el estómago.
  • Colaborar al mantenimiento normal de la presión arterial.
Dosis diarias recomendadas de Sodio
ADULTOS

(20-40 años)

Instituto de Nutrición y Bromatología del CSIC (España) -sin determinar-
NRC (National Research Council, USA) -sin determinar-
NUTRICION OPTIMA 200 mg (0,5 g de sal común)
MEDICINA ORTOMOLECULAR -sin determinar-

 

ABSORCIÓN Y ALMACENAMIENTO

El sodio es rápida y fácilmente absorbido en el intestino delgado y el estómago, siendo transportado por la sangre hasta los riñones, donde es filtrado y devuelto al torrente circulatorio en las cantidades necesarias para mantener los niveles en sangre requeridos por el organismo. La absorción del sodio requiere del consumo de cierta cantidad de energía.

El cuerpo de un adulto sano de unos 65 kg de peso contiene unos 92 g de sodio, equivalentes a 234 g de cloruro de sodio. Más de la mitad del sodio corporal se encuentra en los fluidos extracelulares; unos 34.5 g están presentes en los huesos; y menos de 11.5 g son retenidos dentro de las células en los llamados fluidos intracelulares. El sodio contenido en los huesos no está generalmente disponible como reserva inmediata puesto que éste se encuentra engranado en los cristales de los minerales insolubles de los huesos. Si el sodio es inyectado dentro del organismo como una sal común, esto es rápidamente equilibrado gracias –conjuntamente-, al sodio intra y extracelular, pero el intercambio con el sodio óseo es más insignificante. El total del sodio intercambiable en el cuerpo es, por consiguiente, más o menos 64.4 g, siendo éste el sodio que puede cambiarse rápidamente dependiendo de la ingestión del mineral en la dieta y de su excreción.

La excreción del sodio se produce principalmente vía los riñones, resultando que la orina normalmente contiene 920 a 2.300 mg de sodio por litro. El incremento de la ingestión del mineral produce un aumento proporcional de su excreción y, si los riñones están saludables, no tendrán dificultades en eliminar el exceso, siempre que haya suficiente agua para excretarlo. Existe un límite para la cantidad por la que los riñones pueden concentrar orina (la densidad 1.035 es el máximo), por ello grandes ingestiones de sodio usualmente como sal común, deben ser acompañadas por grandes volúmenes de agua. Excesivos consumos de sal inducen normalmente sed, la cual, cuando es satisfecha, compensa los requerimientos de agua incrementados. La mayor excreción de sodio se produce al mediodía, siendo la más baja durante la noche.

El control de la excreción urinaria de sodio está bajo la influencia de ciertas hormonas. Dichas hormonas actúan sobre los túbulos renales estimulando o inhibiendo la reabsorción del sodio dentro de los riñones. Una de estas hormonas es la aldosterona, la cual es elaborada en el córtex renal. Cuando el sodio corporal disminuye debido a una excesiva sudoración o a inanición, la aldosterona es secretada, estimulando ésta a los riñones a reabsorber y a conservar el sodio en la orina. En la enfermedad de Addison, la aldosterona, debido a la destrucción de la corteza adrenal, no es producida en la cantidad adecuada, por lo que el sodio es excretado en grandes e incontroladas cantidades, resultando en debilidad muscular y baja presión arterial. El tratamiento usual de esta dolencia consiste en suministrar al paciente suficiente cantidad de sodio en forma de sal para reemplazar las pérdidas, al tiempo que se le provee de la hormona por medio de inyecciones. Enfermedades renales tales como el fracaso renal incapacitan para conservar el sodio, tornando a los individuos marcadamente agotados.

Por otra parte excesivas cantidades de aldosterona y otras hormonas del córtex adrenal pueden causar incremento de la retención de sodio. Esto también sucede en la enfermedad cardíaca congestiva y en ciertos tipos de enfermedades renales. El resultado común de estos procesos es siempre la hipertensión arterial.

La excreción fecal del sodio es, en condiciones normales, muy pequeña, usualmente de cerca de 115 mg diarios. Todos los jugos digestivos contienen grandes cantidades de sodio, pero la mayor parte de éste es reabsorbido en el intestino grueso. En la diarrea, la reabsorción es ineficaz, pudiendo producirse a través de las heces, pérdidas diarias significativas de sodio (de hasta 2.070 mg). Dichas pérdidas deben ser rápidamente reemplazadas en la diarrea crónica para prevenir el agotamiento corporal.

La excreción a través de la piel es generalmente insignificante, pero cuando la sudoración es excesiva, las pérdidas de sodio por esta vía pueden ser significativas. El sudor contiene normalmente entre 460 y 1.840 mg de sodio por litro, pero en aquellos individuos que están aclimatados al calor, la cantidad se mantiene en torno a los 969 mg por litro. En climas tropicales o mientras se está entregado a un duro trabajo físico, la excreción de sudor puede alcanzar los 14 litros por día, por lo que la pérdida de sodio puede llegar a ser más grave y significativa que la pérdida por la orina. Sin la adecuada ingestión de sal suplementaria, el agotamiento del sodio puede llegar rápidamente. Los calambres musculares de los mineros son una de estas condiciones.

El balance del sodio en una persona saludable de ser cero. Por ejemplo: con una buena ingestión de 3.105 mg y sin añadir a la dieta sal de mesa, la excreción debe ser aproximadamente de 2.990 mg en la orina, más 115 mg en las heces, siendo insignificante para un individuo sedentario la excreción por el sudor.

PERJUICIOS QUE OCASIONA SU DEFICIENCIA

  • Golpe de calor.
  • Deshidratación.
  • Pérdida de apetito.
  • Gases intestinales.
  • Artritis y reumatismo.
  • Apatía mental.
  • Contracciones y calambres musculares.
  • Reducción del volumen de los fluidos extracelulares.
  • Pérdida de peso.
  • Sangre densa.
  • Colapso venoso.
  • Hipotensión arterial.
  • Aceleración del pulso.
  • Sequedad de boca.
  • Vómitos.
  • Ojos hundidos y flojos.
  • Piel inelástica.
  • Fracaso circulatorio.
  • Dificultades en la digestión de los hidratos de carbono.

CAUSAS QUE PRODUCEN SU DEFICIENCIA

  • Fracaso renal.
  • Desequilibrio hormonal (excesiva producción de la hormona vasopresina que tiene propiedades antidiuréticas).
  • Cáncer de pulmón.
  • Infecciones pulmonares.
  • Falta de hormonas adrenales y pituitarias.
  • Edema (como el que se produce en el fracaso cardíaco).
  • Cirrosis hepática.
  • Síndrome nefrótico.
  • Toxemia de embarazo.
  • Altos niveles de glucosa en la sangre.
  • Deshidratación.
  • Sudoración excesiva.
  • Diarrea aguda o crónica.
  • Vómitos excesivos.
  • Empleo continuado de diuréticos.

 

El sodio puede ser beneficioso para las siguientes dolencias

(en negrita usos principales)

SISTEMA/ÓRGANO CORPORAL DOLENCIA
Intestino Diarrea
Glándulas Agotamiento adrenal
Dientes Desórdenes de encías y dientes
Músculos Calambres
General Deshidratación

Fiebre

Poliomielitis

 

FORMAS QUÍMICAS DEL SODIO EN SUPLEMENTOS

  • Bicarbonato de sodio (27,4 mg por cada 100 mg)
  • Sal común (39,3 mg por cada 100 mg)
  • Extracto de levadura (4.640 mg por 100 g)
  • Kelp (16,4 por cada 1.000 mg)
  • Ascorbato de sodio (11,6 mg por cada 100 mg)

TOXICIDAD Y SUS SÍNTOMAS

No existen dosis diarias recomendadas para el sodio, por parte de los principales organismos oficiales encargados de hacerlo, pero se admite generalmente que la ingestión usual excede sobradamente las necesidades. Por ejemplo, los norteamericanos consumen un promedio de 3 a 7 gramos de sodio elemental y de 6 a 18 gramos de cloruro de sodio en la dieta diaria. El National Research Council (NCR) de USA recomienda una ingestión diaria de cloruro de sodio de 1 gramo por kg de agua consumido.

Un exceso de sodio en la dieta puede provocar pérdidas importantes de potasio a través de la orina, así como retención de fluidos corporales acompañada de vértigo, e hinchazón de ciertas áreas como las piernas y la cara. Un consumo de 14 a 28 gramos de sal común (cloruro de sodio) se considera excesivo.

Las dietas que contienen excesivas cantidades de sodio contribuyen a provocar los siguientes perjuicios:

  • Hipertensión arterial.
  • Excesiva retención de agua, primero en los espacios extracelulares y después en los intracelulares.
  • Agrandamiento del corazón.
  • Lecturas anómalas del electrocardiógrafo (ECG).
  • Agradamiento de los riñones.

Causas que producen altos niveles de sodio en la sangre: los elevados niveles de sodio en la sangre con su secuela de síntomas no son provocados exclusivamente por elevadas ingestiones de cloruro de sodio en la dieta (sal común). Esta circunstancia puede ser motivada por algunos otros factores que es preciso conocer:

  • Diabetes insipidus (deficiencia de vasopresina).
  • Fracaso renal.
  • Alto nivel de calcio en la sangre.
  • Bajo nivel de potasio en la sangre.
  • Sudoración excesiva sin ingestión de agua.
  • Diarrea excesiva (especialmente en niños).

El tratamiento de esta situación se basa en el consumo abundante de agua (preferiblemente destilada), la restricción de sal en la dieta y el empleo de diuréticos naturales.

PRECAUCIONES O SUGERENCIAS

El consumo promedio diario de sodio suele oscilar en torno a los 1,61 a 6,90 g los cuales corresponden a 4,10 a 17,55 g de sal común. Los alimentos ingeridos contribuyen tan solo con 4,6 g de sodio al día, siendo la cantidad restante añadida como sal de mesa.

El contenido ideal de sodio en el alimento del bebé, es el de la leche humana (180 mg por litro). La leche de vaca sin modificar contiene 770 mg de sodio por litro, por lo que no debe ser ingerida por los bebés durante los primeros tres meses de vida. Experimentos con animales de laboratorio indican que demasiada sal en la dieta de los bebés puede causar alta presión arterial y, eventualmente, la muerte. Por esta razón, las autoridades de los Estados Unidos y del Reino Unido recomiendan que no se añada sal durante el procesamiento y la preparación de alimentos infantiles.

Estudios clínicos corroboran que las dietas bajas en sodio son efectivas para la prevención y/o el tratamiento de los síntomas de toxemia (envenenamiento bacteriano), edema (hinchazón), proteinuria (albúmina en la orina) y visión borrosa.

INTERACCIONES CON FÁRMACOS

Los rangos normales del sodio en la sangre humana oscilan entre los 135 y los 145 mEq/L (mili-equivalentes por litro).

Los fármacos que pueden incrementar los niveles sanguíneos de sodio son:

  • Esteroides anabolizantes.
  • Antibióticos.
  • Antitusígenos.
  • Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (NSAIDs).

Los fármacos que pueden reducir los niveles sanguíneos de sodio son

  • Diuréticos.
  • Sulfonil Ureas.

 

NUTRIENTES SINÉRGICOS

  • Vitamina D (calciferol)
  • Potasio
  • Clorhidrato de betaína

 

Dr. medicina del deporte. Nutricionista

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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