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Publicado por en Dic 29, 2020 en Medicina Deportiva | 0 comentarios

LA TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA EN EL DEPORTISTA

LA TROMBOSIS VENOSA PROFUNDA EN EL DEPORTISTA

CAUSAS COMUNES

El daño en los vasos sanguíneos del brazo (como en cualquier parte del cuerpo) pude desencadenar la formación de trombos en su interior. Cuando éstos se forman en las venas profundas, la patología se denomina trombosis venosa profunda (TVP). Existe el riesgo de que el trombo se libere del vaso y pueda desplazarse hacia el pulmón o el cerebro, causando lesiones serias y, en casos raros, la muerte.

DIAGNÓSTICO

Cuando un deportista desarrolla molestias vagas en el hombro o en el cuello, inflamación en la extremidad superior y fiebre, debe sospecharse la existencia de TVP. En tal caso, el atleta debe acudir a un médico de inmediato.

TRATAMIENTO

En función de la causa subyacente, las TVP se tratan generalmente durante 3 a 6 semanas con terapia anticoagulante. Con frecuencia, al atleta con TVP inicialmente se le prescribirá medicación anticoagulante, como la heparina, que se administra por vía intravenosa, o heparina de bajo peso molecular que se aplica subcutáneamente 1 ó 2 veces al día. Más tarde se cambia a un anticoagulante por vía oral. Es importante que se monitorice la coagulación de la sangre del competidor mediante el (INR) mientras toma anticoagulantes, debido a que los niveles de actividad de esta medicación en la sangre pueden fluctuar, siendo necesario reajustar la dosis. Hasta que se alcanza la anticoagulación adecuada (por lo general, en 3 ó 7 días), el paciente no debería utilizar la extremidad afectada. Como medidas naturales en suplementos es aconsejable tomar la serrapeptasa de 250.000 unidades y los omega 3 provinientes del aceite de Krill.

VUELTA A LA ACCIÓN

Los deportistas no deben volver a deportes de contacto hasta finalizar la terapia anticoagulante. Durante el tratamiento hay un riesgo significativo de hemorragia tras una colisión. El atleta puede participar en deportes sin contacto (por ejemplo, correr) una vez que se consiga la coagulación correcta (generalmente, entre 3 a 7 días de la iniciación del tratamiento), y esté libre de dolor en su rango completo de movimiento. Por tanto, hasta que no se alcance la anticoagulación adecuada, la extremidad afectada no debe utilizarse para reducir el riesgo de que el trombo se desprenda y se desplace a los pulmones o el cerebro.

Doctor en Nutrición y medicina del deporte

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