LAS LUXACIONES REPETIDAS DE HOMBRO
CAUSAS COMUNES
Las luxaciones recidivantes de hombro están causadas por los mismos mecanismos que las luxaciones de hombro iniciales. Sin embargo, a veces los deportistas que han sufrido luxaciones previas están predispuestos a episodios recurrentes con tan sólo un mínimo trauma.
DIAGNÓSTICO
Una luxación de hombro recurrente es similar a una primera luxación, pero el dolor puede ser menos severo y, en algunos casos, el propio deportista se reduce o coloca el hombro en su sitio. Muchos factores contribuyen al riesgo de desarrollar luxaciones de hombro recidivantes como la edad, el nivel de actividad o las anomalías estructurales del hombro tras una luxación inicial. Una luxación traumática puede provocar una distensión permanente de la cápsula articular y de los ligamentos glenohumerales. Ésta puede también producir una desinserción permanente del rodete glenoideo, el cual es un anillo fibroso parecido a un cartílago, que rodea el borde externo de la cavidad glenoidea del hombro y que sirve de punto de anclaje de la cápsula y los ligamentos; esta desinserción también se conoce como la lesión de Bankart. Los deportistas que se ejercitan en actividades repetitivas por encima de la cabeza, a largo plazo pueden desarrollar la distensión de la cápsula y los ligamentos provocando la inestabilidad o laxitud del hombro. Estos problemas estructurales predisponen al deportista a la luxación de hombro recurrente o a su fragilidad.
Muchos estudios han demostrado que la luxación de hombro recidivante es muy alta en los deportistas jóvenes, en especial en los implicados en actividades de alto riesgo, como los deportes de colisión o contacto. Los investigadores creen que no tratar adecuadamente las lesiones de Bankart, junto con el nivel de actividad elevado de esta población, contribuye a este tipo de luxación. La laxitud o debilidad de la cápsula articular y de los ligamentos, muy común en los deportistas jóvenes, también pueden ser factores influyentes.
TRATAMIENTO
El tratamiento inicial para las luxaciones de hombro recidivantes implica un periodo de descanso relativo que varía entre unos cuantos días a cuatro semanas, en función de la extensión de la lesión y los síntomas del deportista. Al igual que para una primera luxación, habitualmente en las recidivantes no se precisa un periodo prolongado de inmovilización debido a que estas lesiones con frecuencia vienen acompañadas de anomalías estructurales que probablemente no curarán con una inmovilización adicional.
Además de restablecer el rango de movimiento completo libre de dolor, existen tres opciones para manejar la inestabilidad recidivante del hombro. La primera, a través de un ejercicio diligente, el deportista puede tratar de optimizar la fuerza y el acondicionamiento de los estabilizadores dinámicos del hombro (es decir, los músculos del manguito de los rotadores), para ayudar a prevenir la luxación de hombro. Esto es especialmente importante en los deportistas con “laxitud articular”, con inestabilidad recurrente o bien que padezcan luxaciones no relacionadas con un evento traumático inicial. Éstos se beneficiarán en mayor medida de la rehabilitación prolongada y del programa de fortalecimiento, que puede durar alrededor de 6 meses. La segunda opción es que el deportista evite actividades que conlleven un elevado riesgo de luxación (deportes de colisión y contacto), con lo cual puede disminuirse enormemente el riesgo de una luxación recidivante.
Sin embargo, si los deportistas continúan teniendo luxaciones a pesar de las medidas conservadoras, y aún desean participar en deportes de contacto o colisión, una tercera opción está disponible. Éstos pueden optar por una corrección quirúrgica de las estructuras del hombro lesionado para prevenir luxaciones futuras. La cirugía puede incluir la reinserción del rodete glenoideo y el refuerzo de la cápsula del hombro.
VUELTA A LA ACCIÓN
Después de una luxación de hombro recidivante, el deportista puede volver a jugar una vez que ha conseguido el rango de movimiento completo, libre de dolor, y la fuerza en los músculos que circundan el hombro. Esto puede tardar desde unos pocos días a muchas semanas, en función de la extensión de la lesión, los síntomas del deportista y el deporte de que se trate. La inmovilización prolongada, por lo general, no es necesaria. Como en el caso de las luxaciones primeras, el atleta puede considerar la utilización de limitadores de hombros especiales que previenen que el hombro se luxe impidiendo las posiciones que puedan producirle una. Se ha de advertir, sin embargo, que estas sujeciones a veces no son aceptadas por el deportista. Si éste opta por la cirugía estabilizadora del hombro, usualmente no volverá a jugar en alrededor de 6 meses, según el deporte de que se trate.
Debido el riesgo de luxaciones recidivantes, en especial en jóvenes competidores implicados en deportes de alto riesgo, la decisión de volver a jugar debería ser considerada seriamente. Los deportistas, cuando sufren continuas luxaciones de hombro, tienen el riesgo de padecer lesiones futuras en las estructuras del hombro, incluidas la cápsula, los ligamentos, el manguito de los rotadores, el cartílago e incluso los nervios. A lo largo del tiempo, la repetición de la lesión sobre estas estructuras puede conducir a un dolor persistente, rigidez, pérdida de movilidad y artritis precoz.