El soporte inmunitario. Como regularlo de forma natural

El sistema inmune es uno de los más complejos y fascinantes del cuerpo humano.
El sistema imune está compuesto por órganos y conductos linfáticos (timo, bazo, amigdalas, y adenoides y ganglios linfáticos), células blancas sanguíneas (linfocitos, neutrófilos, basófilos, eosinófilos, monocitos, etc), células especializadas que residen en diversos tejidos (macrófagos, células cebadas, etc) y factores especializados del suerpo. La primera función del sistema inmune es la de proteger al cuerpo contra las infecciones y el desarrollo del CÁNCER.
Describiré los diversos componentes del sistema inmune y analizaré, a continuación los nutrientes y las hierbas que son importantes para mejorar dicho sistema.
EL SISTEMA INMUNE:
- La gándula timo. Es la principal glándula de nuestro sistema inmune. Se compone de dos lóbulos de color gris rosáceo que cuelgan por debajo de la glándula tiroides y por encima del corazón. El es responsable de muchas funciones del sistema inmune, entre las que se incluye la maduración de los linfocitos T, un tipo de célula blanca sanguínea responsable de la inmunidad mediada celular o regulada o controlada por anticuerpos que es lo mismo. La inmunidad celular es sumamente importante en la resistencia a la infección por bacterias similares al moho, hongos como la candida albicans (motivo de mi anterior artículo), parásitos y virus (incluyendo el de Epstein-Barr y el Herpes simplex), y es igualmente crítica en la protección contra el desarrollo del cáncer y las alergias. La glándula timo también libera varias hormonas como timosina y rimopocitina, y el factor íntimo del sueroque regula muchas funciones inmunes. Los niveles bajos de estas hormonas en la sangre se asocian con la inmunidad deprimida y un incremento de la susceptibilidad a la infección. Tipicamente, los niveles de hormonas tímicas serán muy bajos en los ancianos, los individuos propensos a infecciones, los pacientes de SIDA y cuando un individuo está expuesto un estrés excesivo.
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PREVENCIÓN DE LA INVOLUCIÓN TÍMICA:
La glándula timo muestra el máximo desarrollo inmediatamente después del nacimiento. Durante el curso del envejecimiento, el timo experimenta un proceso de regresión o involución. La razón de esta involución es que la glándula timo es muy susceptible al deterioro oxidativo y de los radicales libres ocasionado por el estrés, las radiaciones, las infecciones, y las enfermedades crónicas.
Los antioxidantes (vitaminas C y E, selenio, zinc y betacaroteno, entre otros) pueden impedir la involución tímica e incrementar las funciones de la inmunidad mediada celular. Los individuos que padecen estrés, que tienen sistemas inmunes débiles o están expuestos a niveles altos de contaminantes pueden necesitar suplir sus dietas con estos importantes nutrientes para prevenir la involución tímica y mejorar la inmunidad mediada celular.
NUTRIENTES NECESARIOS PARA FABRICAR HORMONAS TÍMICAS:
Muchos nutrientes funcionan como importantes cofactores en la fabricación, secreción y función de las hormonas tímicas. La insuficiencia de uno cualquiera de estos nutrientes reduce la acción de la hormona tímica y deteriora la función inmune. El cinc y las vitaminas B6 y C, son quizás, los nutrientes más decisivos. Se ha comprobado que la adición de un suplemento de estos nutrientes aumenta la función de la hotmona tímica y la inmunidad mediada celular. El cinc es particularmente eficaz en la restauración de la inmunidad mediada celular deprimida en la ancianidad, en su mayor parte como resultado de mejorar la producción, secreción y actividad de las hormonas tímicas.
- ESTIMULACIÓN DE LA ACTIVIDAD DE LA GLÁNDULA TIMO. la estimulación de la actividad de la glándula timo se puede realizar mejor utilizando timo de gran calidad y extractos botánicos. Las investigaciones han revelado que la administración de extractos tisulares del timo de ternera puede aumentar de manera significativa la función inmune, particularmente en las personas ancianas o débiles. También son evidentes los efectos de mejora inmune de un extracto de timo administrado oralmente en una variedad de infecciones víricas como son el SIDA, las infecciones infantiles del tracto respiratorio superior y la hepatitis vírica.
- La Echinacea angustifolia, es una de las hierbas que se utiliza ampliamente para mejorar el sistema inmune. Se ha comprobado que la echinacea tiene efectos de mejora inmune profunda, mucho de los cuales pueden ser mediados a través de la glándula timo. Otras hierbas que inciden positivamente en la glándula timo son el regaliz (glycyrhiza glabra) y el muérdago (viscum album)

- La linfa los conductos linfáticos y los gánglios linfáticos. Aproximadamente una sexta parte de todo el cuerpo está constituida por el espacio que hay entre las células. En conjunto, a este espacio se llama intersticio y el líquido contenido dentro del espacio recibe el nombre de liquido intersticial. Este líquido discurre por los conductos linfáticos y se convierte en la linfa.
- Por lo gneral los conductos linfáticos fluyen paralelos a las arterias y venas, evacuando los productos de desecho de los tejidos y transportando la linfa a los ganglios linfáticos, que son los que filtran. Las células responsables de filtrar la linfa son los macrófagos, células grandes que engullen y destruyen particulas extrañas, entre las que se incluyen bacterias y restos celulares. Los ganglios linfáticos también conteinen linfocitos B, células blancas sanguíneas que son capaces de inicar la producción de anticuerpos como respuesta a la presencia de virus, baterias, fermentos y otros organismos.
- La función linfática se puede mejorar aumentando la circulación de la linfa mediante el ejercicio regular y la respiración diafragmática. Las hierbas que estimulan la actividad macrófaga también pueden mejorar la función linfática, en esta categoria se incluyen el hidrastis o sello de oro (hidrastis canadensis), la equinacea (equinacea angustifolia) y el ginseng coreano (panax ginseng)
EL BAZO.
Es la mayor masa de tejido linfático del cuerpo. Además de producir linfocitos, engullir y destruir bacterias y restos celulares, el bazo es el responsable de destruir las células sanguíneas agotadas y las plaquetas. El bazo también sirve como depósito sanguíneo. En momentos de exigencia (una hemorragia, por ejemplo), el bazo puede liberar la sangre almacenada y prevenir el choque.
Los extractos de tejido del bazo pueden ser beneficiosos para mejorar la función inmune, ya que muchos compuestos potentes demejora del sistema inmune segregados por el bazo son péptidos de peso molecular pequeño (el tuftsin, por ejemplo, se compone de sólo cuatro aminoácidos).

EL HIGADO:
Aunque no se considera un órgano linfáticos, el hígado produce la mayor parte de la linfa del cuerpo. Además la integridad del sistema linfático depende en gran medida de tipos especiales de macrófagos (células de Kupffer) que existen en el hígado. Las células de Kupffer son las responsables de filtrar las bacterias, los hongos (como la Candida albicans) y los compuestos tóxicos extraños que son absorbidos por el tracto gastrointestinal. Estas células, cuando funcionan adecuadamente, son muy eficaces filtrando la sangre; se ha demostrado que estas células sanas son capaces de engullir y destruir una bacteria simple en menos de una centésima de segundo.

LAS CÉLULAS BLANCAS SANGUÍNEAS.
Las células blancas sanguíneas se encuadran en dos grupos principales:
- El grupo primero es el de las células blancas sanguíneas granulares. Se desarrollan en la médula ósea y se caracterizan por la presencia de gránulos dentro del citoplasma y núcleos lobulados. Hay tres tipos: neutrófilos, eosínófilos y basófilos.
- Las células blancas sanguíneas no granulares carecen de gránulos y sus núcleos son esféricos en vez de lobulados. Hay dos tipos: linfocitos y monocitos.
Esencialmente, todas las vitaminas y los minerales que se conocen son esenciales para el normal funcionamiento de las células blancas sanguíneas. Los nutrientes mejor conocidos e importantes para el sistema inmune son las vitaminas A, B6 y C, y el zinc de los oligoelementos. Además de ser imprescindibles para las células blancas sanguíneas, estos importantes nutrientes trabajan en la fabricación, secreción y función de las hormonas tímicas y otros compuestos químicos que son necesarios para que las células blancas sanguíneas funcionen.
Muchas hierbas poseen efectos directos de mejora de las células blancas sanguíneas: el hidastris o sello de oro, la equinacea, el ginseng coreano, el ginseng siberiano (eleutherococcus senticosus) y el regaliz.
- Neutrófilos. Estas células fagocitan –absorben y destruyen- activametne bacterias, células tumorales y detritus celulares. Los neutrófilos son especialmente importantes en la prevención de las infecciones bacterianas.
- Eósinofilos y basófilos. Estas células están involucradas en las situaciones alérgicas. Segregan histamina y otros compuestos cuyo propósito es descomponer los complejos antígeno-anticuerpo, pero también estimular los mecanismos alérgicos.
- Hay varios tipos de linfocitos: células T, células B, células asesinas naturales, etc. Las células T son los linfocitos madurados en el timo. Estas células orquestan muchas funciones inmunes y son los principales componentes de la inmunidad mediada celular. Hay diferentes tipos de células T; células T colaboradoras, que ayudan a otras células blancas sanguíneas en su función; células T supresoras, que inhiben y controlan las funciones de las células blancas sanguíneas, y células T citotóxicas, que asesinan y destruyen los tejidos extraños, las células cancerosas y las células infectadas por virus.
- Las células B son las responsables de producir anticuerpos, grandes moléculas de proteína que se vinculan a las moléculas extrañas (antígenos) sobre las bacterias, los virus y otros organismos y células tumorales. Después de que el anticuerpo se vincula al antígeno, establece una sucesión de acontecimientos que finalmente destruyen el organismo infeccioso o las células tumorales.
Las células asesinas naturales o células NK (siglas de natural KIller) reciben su nombre por su capacidad de destruir células que se han vuelto cancerosas o infectadas con virus. Constituyen la primera línea de defensa del cuerpo contra el desarrollo del cáncer.
- Los monocitos son los basureros del cuerpo. Estas voluminosas células blancas sanguíneas son las responsables de limpiar los restos celulares después de una infección, y también de desencadenar muchas respuestas inmunes.
- Macrófagos. Según indique antes, la linfa es filtrada por células especializadas conocidas como macrófagos, que son en realidad monocitos que se han instalado en tejidos específicos como el hígado, el bazo y los ganglios linfáticos. Estas células grandes fagocitan o engullen partículas extrañas del tipo de bacterias y restos celulares. Los macrófagos son esenciales en la protección contra la invasión de microorganismos y contra el deterioro del sistema linfático.
- Células cebadas. Las células cebadas son basófilos que se han instalado principalmente a lo largo de los vasos sanguíneos. La célula cebada, como el basófilo, es la responsable de liberar histamina y otros compuestos implicados en las reacciones alérgicas.
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FACTORES QUÍMICOS ESPECIALES.
- Hay un número de factores especiales que mejoran el sistema inmune (interferón, interleucina II, complemento, etc). Son compuestos producidos por diversas células blancas sanguíneas: el interferón lo producen principalmente las células T; las interleucinas son producidas por los macrófagos y las células T, y las fracciones de complemento se fabrican en el hígado y en el bazo. Estos factores químicos especiales son sumamente importantes en la activación de las células blancas sanguíneas para destruir células cancerígenas y virus. Varios mediadores químicos de nuestro sistema inmune (el interferón y la interleucina) se están investigando en el tratamiento del cáncer, el SIDA y otras situaciones que afectan al sistema inmune.
- Se conocen varios nutrientes que mejoran la producción corporal de estos compuestos: betacaroteno, cinc, manganeso, y vitamina C, entre otros. Sin embargo, numerosas hierbas han demostrado un efecto mucho mayor. La Echinacea, por ejemplo es notable por su capacidad para estimular la producción y la actividad de un número de mediadores químicos de la inmunidad, especialmente el interferón, lo que lleva a importantes actividades antivirales, ya que el interferón vincula las superficies de las células y estimula la síntesis de proteínas que impiden las infecciones virales. Es evidente que otras hierbas comparten muchos de los mismos efectos de la equinacea, se ha demostrado específicamente que los extractos de Eupatorium perforliatum (eupatorio), Astragalus, Ligustrum lucidum (aligustre) y Glycyrrhiza glabra (regaliz) mejoran la síntesis y la secreción de interferón.

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EL ESTRÉS Y EL SISTEMA INMUNE:
Muchos estudios han revelado claramente que el estrés, la personalidad, la actitud y la emoción son factores que causan muchas enfermedades. La reacción al estrés es enteramente individual, reforzando el hecho de que la gente difiere significativamente en sus percepciones y respuestas a diversos acontecimientos. Las variaciones en la respuesta representan la amplia diversidad de las enfermedades producidas por el estrés. Éste ocasiona aumento en las hormonas de las glándulas suprarrenales, como son los corticosteroides, y las catecolaminas. Entre otras cosas estas hormonas inhiben las células blancas sanguíneas y producen la regresión (involución) del timo, lo que conduce a una supresión importante de la función inmune, dejando al anfitrión susceptible a infecciones, cáncer y otras enfermedades. El nivel de la supresión inmune es habitualmente proporcional al nivel de estrés.
La tensión tiene como resultado la estimulación del sistema nervioso simpático, que es el responsable de la respuesta de combate o huida. El sistema inmune funciona mejor bajo el timo del sistema nervioso parasimpático; esta porción de nuestro sistema nervioso, asume el control de las funciones corporales durante los períodos de descanso, relajación, y visualización, meditación y sueño. Durante los niveles más profundos del sueño se liberan potentes compuestos de la mejora inmune y muchas funciones inmunes se incrementan en gran medida. No se puede dar demasiada importancia al valor del sueño de buena calidad y a las técnicas de relajación para contrarrestar los efectos del estrés y mejorar nuestro sistema inmune.
Se ha comprobado que muchos factores nutricionales previenen el efecto del estrés sobre el timo. Específicamente las vitaminas A y C, el beta-caroteno, el cinc y los otros antioxidantes previenen el estrés y el deterioro que los radicales libres causan al timo, y mejoran las funciones inmunes.

VITAMINAS Y MINERALES SELECTOS, IMPORTANTES PARA EL SISTEMA INMUNE.
Vitamina A y Betacaroteno: La vitamina A, representa un papel esencial en el mantenimiento de la integridad de las superficies epitelial y mucosa y sus secreciones. Estos sistemas constituyen un mecanismo primario de defensa de anfitrión no específico. Se ha demostrado que la vitamina A estimula y mejora numerosos procesos inmunes, como la inducción de la inmunidad mediada celular contra los tumores, la actividad de las células asesinas naturales, la fagocitosis de los monocitos y la respuesta de los anticuerpos. Estos efectos se deben simplemente a la inversión de la deficiencia de vitamina A, ya que muchos de ellos ven mejorados la administración de niveles excesivos de vitamina A, Además la vitamina A previene e invierte la involución del timo, causada por el estrés y puede estimular realmente el crecimiento del timo. La vitamina A muestra una potente actividad antiviral.
Una considerable investigación está orientada a la relación entre la vitamina A y los carotenos y la incidencia del cáncer epitelial, es decir, el cáncer pulmonar, de los tractos gastrointestinal y genitourinario y de la piel. Los carotenos son pigmentos vegetales, que actuando como potentes antioxidantes, protegen las células de las plantas de la destrucción durante el proceso de fotosíntesis.Aproximadamente 30 de los 400 o más carotenos tipificados hasta el momento son capaces de ser convertidos en vitamina A por el cuerpo humano. Las investigaciones han revelado su relación inversa entre el consumo de carotenos y la incidencia del cáncer, es decir, cuanto más alto es el consumo de carotenos más baja es la incidencia del cáncer. Se ha demostrado también que los beta-carotenos potencian la acción estimulante del interferón sobre el sistema inmune.
VITAMINA C. Muchas demandas se han hecho con respecto al papel de la vitamina C (ácido ascórbico) en la mejora del sistema inmune, especialmente en cuanto a la prevención y el tratamiento del catarro común. Sin embargo a pesar de numerosos estudios clínicos y experimentales positivos, por alguna razón este efecto todavía se discute acaloradamente. Desde un punto de vista bioquímico existe una evidencia considerable de que la vitamina C en las células blancas sanguíneas particularmente en los linfocitos, se reduce con rapidez durante la infección, y se puede producir una relativa deficiencia de vitamina C o ácido ascórbico si no se repone regularmente.
Aunque se ha demostrado que la Vitamina C es un antiviral y antibacteriana, su efecto principal es el de mejorar la resistencia del anfitrión. Los efectos de la mejora inmune se han comprobado en muchas funciones inmunes diferentes, como son la función y la actividad de las células blancas sanguíneas y el aumento de los niveles de interferón, las respuestas y los niveles de los anticuerpos, la secreción de las hormonas tímicas y la integridad del tejido conectivo (sustancia fundamental, y que todos solemos irnos a lo que nos venden actualemente como el colágeno y productos que nos prometen sin estudios que lo acrediten), cuando la vitamina C es el mejor reparador de los cartílagos.

La vitamina C tiene muchos efectos bioquímicos muy similares al interferón. Es importante administrar flavonoides a la vez con la vitamina C ya que tales compuestos elevan la concentración de vitamina C en algunos tejidos y potencian los efectos de dicha vitamina. Estos compuestos también tienen propiedades propias, útiles para mejorar la función inmune y prevenir infecciones virales.

EL ZINC: Es un nutriente crucial de la inmunidad, ya que se representa en muchos mecanismos inmunes. Cuando los niveles de cinc son bajos se reduce el número de células T, disminuyen los niveles de la hormona tímica y hay una severa carencia de muchas funciones de las células blancas sanguíneas decisivas para la respuesta inmune. Todos estos efectos son reversibles mediante una adecuada administración y absorción de cinc. Los niveles adecuados de cinc son particularmente importantes en los ancianos y en los niños pequeños. La adición de un suplemento de cinc en sujetos ancianos, produce un aumento del número de células T y mejora las respuestas de la inmunidad mediada. Los niños propensos a las infecciones del tracto respiratorio superior típicamente tienen niveles bajos de cinc y otros oligoelementos. Se ha comprobado también que el cinc inhibe el crecimiento de diferentes virus, entre los que se incluyen rhinovirus, picornavirus togavirus, el Herpes simplex y el virus de la Vaccinia.

PIRIDOXINA. (VITAMINA B-6) Una deficiencia de piridoxina ocasiona inmunidad deprimida, notable por una reducción en la cantidad y la calidad de los anticuerpos producidos y la disminución de los tejidos linfáticos, incluida la glándula timo, de la actividad de la hormona tímica y del número y la actividad de los linfocitos. Los factores que predisponen a tal deficiencia son un consumo dietético bajo, un consumo excesivo de proteínas, el alcohol y el uso de anticonceptivos orales.
HIERRO: La carencia de hierro es una deficiencia nutricional que normalment se encuentra aislada y que ocasiona una disfunción inmune en gran número de pacientes. La carencia marginal de hierro, incluso a niveles que no rebajan los valores de la hemoglobina, puede afectar al sistema inmune. Como resultado de esta carencia, habitualmente se encuentran la disminución del tejido linfático, una macrogafia y una función de los neutrófilos defectuosas y una proporción reducida de los porcentajes de las células T con relación a las células B.
HIERBAS:
muchas hierbas tienen una destacada acción antibiótica contra las bacterias, los virus y los hongos. Sin embargo, las hierbas son mucho más que antibióticos naturales. Muchas hierbas muestran notables efectos en estimular nuestros propios mecanismos inmunes. Las tres hierbs que se utilizan con mayor frecuencia para mejorar las funciones inmunes son: Echinacea angustifolia )(equinácea), Hidrastis canadensis (hidrastis) y Glycyrhiza glabra (regaliz)
CONCLUSIÓN:
Quizás en todo lo que he detallado en todo mi artículo el factor más determinante e importante del estado inmune es el estilo de vida: la adopción de un estilo de vida saludable y de las pautas dietéticas correctas es seguramente el primer paso para mejorar el sistema inmune.
¿qué hacer durante una infección?
Medidas generales:
- descansar (mejor en la cama)
- Beber grandes cantidades de líquidos, preferentemente zumos de verduras diluidos, sopas y tés de hierbas.
- Limitar el consumo de azúcares simples (incluyendo los azúcares de la fruta) a menos de 50 gramos diarios.
SUPLEMENTOS:
- VITAMINA C DE 1000MG CON BIOFLAVONOIDES. 1 CÁPSULA CADA DOS HORAS.
- Vitamina A. 25.000 u.i. diarias
- Betacaroteno. 200.000 u.i. diarias
- zinc en tabletas. 1 cápsula de zinc de 25mg cada dos horas (sólo en horas diurnas) durante una semana. no prolongar esta dosis, más tiempo ya que os puede llevar a una inmunosupresión.
FITOTERAPIA:
Durante un proceso infeccioso, se puede tomar equinacea, hidrastis (sello de oro) y regaliz a las dosis siguientes 3 veces al día:
- raíz seca (o como te) de 1 a 2 gramos
- raíz seca congelada, 500 a 1000 mg.
- tintura (1:5) de 4 a 6 ml (de 1 a 1 1/2 cucharadita)
- extracto sólido en polvo (4:1) de 250 a 500mg
- IMPORTANTE SI SE VA A UTILIZAR EL REGALIZ DURANTE MUCHO TIEMPO ES NECESARIO AUMENTAR EL CONSUMO DE COMIDAS RICAS EN POTASIO.
FELIZ MIÉRCOLES A TODOS.
POSTDATA. Aunque intenten algunos copiarme o tirarme mis artículos o mis web, seguiré en el camino de la información y de la formación.

Fabulosa información
Gracias